El agua del Lago de Tiberíades, generalmente tranquila, es silenciosa y refleja misteriosa santidad. Este hermoso Lago hace revivir en la mente de las más bellas páginas el Evangelio. Jesús iba y venía en él para dejar oír en las riberas sus enseñanzas y obrar milagros. En sus aguas fue asaltada la barca de Pedro por las furias de la tempestad. Sobre sus ondas mmarchó Jesús, cual si pisara en tierra firme. Sentado en la barca hablaba a las multitudes. Estas aguas fueron testigos de la pesca milagrosa, y ahí fue instituido Pedro, Vicario de Jesús en la tierra.
" SI EL AFLIGIDO INVOCA AL SEÑOR, EL LO ESCUCHA Y LO LIBRA DE SUS ANGUSTIAS" (SALMO 33)
COMEDOR DE CASA IÑIGO TORREÓN, COAH.
DE LA MANO DE MI AMADO JESÚS Y COMPARTIENDO SU VINO
BANANA
miércoles, 30 de septiembre de 2009
EL PAN DE VIDA
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